Destinos peligrosos

 

 Saltstraumen (Noruega): los remolinos más potentes del mundo

¿Imaginas remolinos en el mar de hasta diez metros de diámetro y cinco de profundidad? Aunque parezca exagerado, existen. Hablamos de Saltstraumen, las corrientes marinas más fuertes del mundo. Situadas a 33 kilómetros de la ciudad noruega de Bodø, cerca de las famosas Islas Lofoten, estos remolinos son todo un espectáculo de la fuerza de la naturaleza. Cuando la marea sube, son aún más sobrecogedoras. Pero cuidado: la fuerza del agua puede dar más de un susto. Lo mejor será no perder de vista el chaleco salvavidas.





 



Autopista James Dalton (Alaska): la carretera helada

La Alaska Route 11, mejor conocida como autopista de James Dalton, es una de las carreteras más peligrosas que existen. Con una longitud de 667 kilómetros, esta carretera atraviesa una de las zonas más aisladas del país, ya cercana al ártico. Las bajas temperaturas, el hielo y la poca visibilidad causada por las ventiscas hace que los conductores que se atreven a cruzarla -sobre todo camioneros- sean unos verdaderos expertos sobre la tundra. Aquí conducir se convierte en un deporte de riesgo.





Cueva Gouffre Berger (Francia): La cueva del muerte

Descender a la cueva Gouffre Berger es un verdadero viaje al centro de la Tierra. Situada en el sureste de Francia, esta caverna es una de las más temidas por los exploradores, tanto que es conocida como la 'cueva de la muerte'. Con más de 1.200 metros de profundidad y un lago en su interior, se trata de unas de las grutas calizas subterráneas más profundas del mundo. Su gran peligro reside en que, si llueve, la cueva se inunda, atrapando a todo aquel que se encuentre en su interior. Varias personas han perdido aquí la vida.


La Piscina del Diablo (Zambia): un chapuzón salvaje y arriesgado

¿Preparados para un chapuzón salvaje y arriesgado? Viajamos hasta las Cataratas de Victoria, en el continente africano, para descubrir la piscina natural más peligrosa: Devil´s Pool o Piscina del Diablo. Se trata de una poza excavada en la roca en el mismo borde de las cataratas. En este punto, el río Zambeze se precipita con violencia desde más de cien metros de altura. Una pared de roca natural bajo el agua protege a los bañistas de ser arrastrados por la corriente cuando el nivel del agua es bajo. De todos modos, mejor no tentar a la suerte.



Regresamos a los fiordos noruegos para hablar de otro lugar sobrecogedor y peligroso: la Roca Kjerag. Encajada entre dos paredes totalmente verticales, la roca está colgando a 1.000 metros de altura sobre el fiordo de Lyse. Lo habitual es ver a los turistas hacerse fotos posando sobre ella. A muchos incluso se les nota un pequeño temblor en las piernas mientras piensan 'no mires abajo, no mires abajo'. Todo un desafío al vértigo.


Annapurna (Himalaya): la más peligrosa de los ochomiles

La montaña de Annapurna es la décima más alta del mundo y la número uno en mortalidad. Cuatro de cada diez alpinistas mueren en el intento de conquistar el más peligroso de los ochomiles. Sus paredes verticales de hielo, sus avalanchas y sus grietas mortales son algunas de las razones por las que hacen de esta cumbre la más temida. Entre sus víctimas, recordamos a dos españoles: Iñaki Ochoa de Olza (en 2008) y Tolo Calafat (en 2010).



Puente de Hussaini (Pakistán): el más peligroso del mundo

El Puente colgante de Hussaini es uno de los más peligrosos del mundo. Basta una imagen para convencernos de ello. Cruzar esta pasarela a gran altura sobre el río Hunza, al norte de Pakistán, supone una aventura al puro estilo Indiana Jones. El puente, rodeado de las cadenas montañosas del Himalaya y los Karkorams, es muy antiguo y está mal conservado, tanto que faltan tableros de madera. Un mal paso puede hacernos caer al agua. Eso sí, las vistas desde el puente son todo un regalo para la vista.



La Roca Preikestolen (Noruega): una caída mortal de 604 metros.

'El Púlpito' es como se conoce a la impresionante roca Preikestolen. Situada en el Fiordo de Lyse, en Noruega, este saliente tiene una caída de 604 metros. Cuidado al asomarse, no hay barreras ni vallas que protejan de una caída mortal. Los más valientes son capaces incluso de sentarse en el mismo borde del precipicio o hacer alguna pirueta ante la cámara. Aquí el viento sopla fuerte y un mal paso puede ser fatal. Eso sí, las vistas desde aquí son sobrecogedoras.



Blue Hole (Belice): un verdadero imán para los buceadores más valientes

En el caribeño mar de Belice existe un lugar que es un verdadero imán para los buceadores más valientes. Hablamos de Blue Hole. Un enorme agujero azul de 305 metros de diámetro y 123 metros de profundidad que en la Era de Hielo formaba un sistema de cavernas. Ahora son cuevas submarinas de paredes verticales cuya belleza encierra un gran peligro para los buceadores que no tomen precauciones. Para alcanzar la entrada a la caverna hay que descender al menos 34 metros. A esa profundidad, el buzo cuenta con sólo unos pocos minutos antes de que el aire que respira se vuelva peligroso por los altos niveles de nitrógeno que acumula en la sangre.



Volcán Popocatepetl: uno de los más activos del Planeta

Parte de México vive pendiente del volcán Popocatepetl. Este volcán, el segundo más alto del país tras el Citlaltépetl, siempre parece a punto de despertarse. Las exhalaciones son continuas y los investigadores monitorean su actividad las 24 horas del día. A tan sólo 43 kilómetros de Puebla y a 72 de Ciudad de México, esta montaña de fuego expulsa nubes de cenizas en ocasiones hacen peligrar el tráfico aéreo.

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